Madrigal de las Altas Torres

Madrigal de las Altas Torres, ubicada en la comarca abulense de la Moraña, entre los ríos Trabancos y Zapardiel, es una villa medieval famosa por ser la cuna de la reina Isabel la Católica, nacida en el palacio de Juan II. El conjunto histórico monumental conserva, además del palacio, dos iglesias de estilo románico mudéjar, todo ello protegido por un amurallamiento igualmente mudéjar.

Vinculada a los Reyes Católicos, aquí se celebraron en 1476 las primeras cortes de su reinado para que la primogénita de la pareja, la princesa Isabel, jurara como sucesora al trono de Castilla. Una especie de advertencia general del propósito de los reyes de afianzarse en el trono, pues por entonces aún duraba la guerra civil entre partidarios de la princesa Juana y de Isabel, hija y hermana, respectivamente, de Enrique IV.

Siendo Isabel su hija más ilustre, en Madrigal nacieron el cardenal Quiroga, inquisidor general y arzobispo de Toledo en el reinado de Felipe II, Vasco de Quiroga, obispo de Michoacán (Méjico) y Alonso de Madrigal, prolífico escritor más conocido como el Tostado.

Llegues desde donde llegues, para entrar en la villa has de atravesar una de las cuatro puertas de su muralla, ejemplo de arquitectura militar medieval y del sistema constructivo mudéjar👇. La cerca encierra una superficie de 39,04 hectáreas adaptándose a los accidentes topográficos del terreno. Consta de su existencia ya en 1302, pues ese año las cortes de Medina mandan su derribo por haberse levantado sin autorización del concejo de Arévalo, a cuya jurisdicción pertenecía Madrigal. El añadido “de las Altas Torres” es una licencia poética incorporada en el siglo XIX que, al parecer, alude a las torres de las murallas.

Entrando desde Salamanca, llama la atención enseguida la iglesia de Santa María del Castillo👇, que debe el nombre a hallarse sobre una loma donde quiere la tradición que antes hubiera una fortaleza. De estilo románico mudéjar, muy reformada en el siglo XVI. Frente a la iglesia, una escultura homenajea a Vasco de Quiroga, uno de los hijos ilustres de la villa.

Orientándonos por su torre, llegamos a la iglesia de San Nicolás de Bari👇, magnífico ejemplar románico mudéjar del siglo XIII, reformada en el XV. La torre que nos ha guiado tiene una altura de 65 metros. La puerta, frente al Ayuntamiento, está cerrada a cal y canto, por lo que nos quedamos sin ver su artesonado de nogal ni la pila donde fue bautizada la Reina Católica. En esta iglesia se celebró el matrimonio de Juan II y su segunda esposa, Isabel de Portugal, padres de la reina Isabel, y en ella fue ordenado El Tostado.

El palacio de Juan II👇 ya era residencia real en tiempo de Pedro I de Castilla. Visto desde el exterior, palacio parece vocablo demasiado pomposo para lo que más parece una casona de la nobleza rural. Elegido como residencia de Juan II y su primera mujer, María de Aragón, fue acondicionado para albergar la corte, que aquí permaneció entre 1424 y 1497, cuando la traslada Isabel. Su nieto, Carlos I, donó el edificio a las monjas de la Orden Agustina, que hasta entonces se alojaban en un convento fuera de la muralla de Madrigal.

A ese convento extramuros fueron confiadas dos de las hijas extramatrimoniales habidas por el rey Fernando👇, ambas de nombre María, que profesaron como religiosas y llegaron a ser abadesas del convento. En 1509, muerta ya la reina Isabel, Fernando solicitó del papa Julio II la legitimación de ambas para que pudieran ejercer el cargo de abadesa “sin ninguna duda ni escrúpulo de conciencia”. La mayor, conocida como la Excelenta, recibió una renta de 200.000 maravedíes, y la menor, de 100.000. En 1537 la hermana menor fue elegida abadesa del monasterio de las Huelgas (Burgos), donde murió en 1548.

Enfrente del palacio se levanta el Real Hospital de la Purísima Concepción👇, promovido en 1443 por María de Aragón, la primera esposa del rey Juan II, para albergar a pobres y enfermos desamparados y financiado con los ingresos obtenidos por la venta de dos hospitales anteriores que no cumplían su función.

Se cerró en 1943 y se abrió una década después convertido en comedor de niños pobres. En la década de los 80 del pasado siglo se convirtió en escuela-taller, fue restaurado y dedicado a usos culturales. La fachada columnada es obra del siglo XVI, en granito, con profusión de escudos reales.

Durante el reinado de Juan II tuvo Madrigal una importante e influyente población judía, la tradición señala una casona de la villa como Sinagoga👇 Otro edificio notable, ubicado en la calle del Oro, fue la casona de Nicolás de Soto y Leonor de Vergara, del que solo queda un arco de piedra👇. Él fue médico de la casa real, primero como médico del príncipe Juan, heredero de los Reyes Católicos, y, a la muerte de este, como uno de los médicos de la familia real. Falleció en Tordesillas, cuando estaba al servicio de la reina Juana.

En la villa se conserva una bodega monumental👇, mandada construir en el siglo XVIII por los frailes del convento de San Agustín👇, que se encontraba también extramuros, para guardar los vinos de sus amplios majuelos de verdejo.

Este convento tenía una superficie de 50.000 metros cuadrados, con una fachada de más de 200 metros de longitud rematada por dos torres. El claustro era de estilo berroqueño herreriano. Intervino en su segunda construcción Nicolás de Vergara, ligado al arquitecto Juan de Herrera. Por ello y por sus proporciones, el convento fue conocido como el Escorial de Castilla. De este rico y poderoso convento no quedan sino cuatro muros en pie. En él vino a morir fray Luis de León el 23 de agosto de 1591, nueve días después de haber sido elegido prior de la Orden de San Agustín de la provincia de Castilla.

Cuenta la leyenda que una adivina advirtió a un joven rey Fernando de que la muerte iría a buscarle a Madrigal, razón por la que desde entonces rehusó visitar la villa. Un malentendido como otro cualquiera pues la muerte, efectivamente, lo encontró en Madrigalejo (Cáceres), a los 64 años, cuando hacía doce que había enviudado de Isabel y once después de haberse casado con Germana de Foix, mujer más joven que sus hijas, con quien pretendía engendrar un hijo varón a quien legar la corona aragonesa.

Sin llegar al nivel del malentendido real, nuestra visita a Madrigal se inicia con otro equívoco, este provocado por la web de Turismo de Ávila 👇. Señala esta web que el palacio de Juan II abre a las 9,30 y a esa hora el Colega y yo estamos en la puerta de la Oficina de Turismo prestos para empezar la visita, después de haber dado el primer paseo por la villa. Solo nos hemos cruzado con dos personas, que nos miran con cara de dónde irán estos con la que está cayendo. Porque, sí, hemos escogido un día coincidente con una DANA que ha hecho bajar las temperaturas al sótano, mientras los medios insisten en que no se salga a la carretera si no es imprescindible.

Ahí estamos, pues, ateridos de frío y azotados por un aire gélido, esperando que abran la puerta. A las 10 llegan las dos personas que atienden la Oficina de Turismo, quienes nos informan que las visitas comienzan a las 11,30 y nos proporcionan un plano de la villa. Nos consolamos comprando alubias y volvemos al coche, desde donde hacemos un nuevo recorrido por el callejero madrigaleño.

Aún estamos en ello cuando empiezan a llegar avisos de las herederas para que nos recojamos en casa, como procede a nuestra edad. ¿No habéis oído que hay alerta roja?, dice la Heredera menor. Las carreteras están cubiertas de nieve, insiste la Heredera mayor, 400 kilómetros al norte. Vía whatsapp les enviamos una foto para dejar constancia de que donde nos encontramos no hay ni un copo de nieve, pero emprendemos la retirada. Volveremos con mejor tiempo, cuando estemos seguros de encontrar las puertas abiertas.

Fotos: ©Valvar

Deja un comentario