La Dordoña es un río que atraviesa y da nombre a la región del Perigord, en el sureste de Francia. Estas tierras vienen a ser un compendio de la historia nacional: cuevas prehistóricas, pueblos medievales, castillos, monumentos y lugares históricos, quince de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad.

En el mes de junio de 2025 hicimos nuestra primera incursión por la región, dispuestos a descubrir sus iglesias románicas. Desde Burgos nos plantamos en Perigueux, capital del departamento de la Dordoña, en la región de Nueva Aquitania, parada de la Vía Lemovicense, uno de los cuatro ramales del Camino de Santiago, que comienza en Vézelay.

La Cité, su centro histórico, se levanta sobre sobre un asentamiento galorromano: Vesunna, del que conserva algunos restos. Nosotros vamos a conocer su catedral de Saint-Front, la más grande de esta región francesa.

Como siempre, hemos reservado hotel céntrico y con aparcamiento. Nuestra primera y grata sorpresa es que la ventana de nuestra habitación se asoma a la cabecera de Saint-Front. Que la iglesia esté medio cubierta por obras no merma la emoción de la cercanía.



Construida en el siglo XII, de su origen románico la catedral conserva poco más que su airosa torre campanario; en el siglo XIX fue restaurada siguiendo la moda historicista impuesta por Violet le Duc. Mantiene su dignidad de vieja dama que se mira en el río l’Isle, cuyas aguas lamen sus cimientos.

Sus cúpulas sirvieron de modelo a la iglesia del Sacre Coeur de París. El interior es de planta de cruz griega, cubierta con cinco cúpulas que recuerdan a la iglesia de los Santos Apóstoles en Constantinopla. La riqueza ornamental es exuberante 👇.






La ciudad mezcla un cierto aire medieval con hermosas calles de edificios renacentistas y decimonónicos, rincones sombreados que alivian el calor de esos días.



En la parte moderna de Perigueux se levanta un gran centro cultural bautizado con el nombre de Josephine Baker 👇, artista de variedades muy popular en Francia. Nacida en Estados Unidos, es la primera mujer negra enterrada en el Panteón, reservado a los héroes franceses.


Para nuestra sorpresa, la totalidad de los comercios están cerrados por la tarde. Solo bares y restaurantes permanecen abiertos. Optamos por cenar en el restaurante del hotel, junto al río, teniendo a la vista un curioso edificio que parece sostenerse en precario equilibrio. Impresión errónea, pues se trata del puesto de vigilancia sobre el puente de Tournepiche, construido en 1347.





Al día siguiente emprendemos el itinerario por las iglesias de la región empezando por la de Auriac, un pueblecito que parece sacado de un cuento, frecuentado por los amantes del turismo rural. La iglesia de Saint Etienne tiene aire de fortaleza, de hecho durante las muchas guerras ocurridas en la región el lugar sirvió de refugio a los vecinos. El campanario se incendió en 1949. Conserva algunos capiteles de interés.





En lo que parece la plaza principal, una furgoneta ofrece servicios de peluquería itinerante. Cerca, un grupo de mujeres se entretiene jugando al croquet.








Seguimos camino a Saint Amand de Coli, población que toma el nombre del ermitaño que evangelizó la región en el siglo VI. Su desarrollo corresponde al siglo XII, en torno a la abadía agustina. La iglesia es una fortaleza, no hay que olvidar que estamos en tierras de luchas largas y enconadas, reconstruida en el siglo XIX.


Actualmente es un pueblo tranquilo típicamente rural y turístico. Conserva un antiguo hospital de pobres del siglo XIV.

Saint Léon sur Vézére, nuestro siguiente destino, es una población igualmente turística a orillas del río Vézére, que tiene en su templo románico de Saint Leonce uno de sus principales atractivos.






La iglesia del siglo XII es lo que queda de un priorato dependiente de Sarlat. Es de nave única con ábside y absidiolos. La restauración acometida tras la inundación de 1960 descubrió antiguos frescos en las bóvedas del ábside.



En nuestra visita se nos une un gato adulto y rollizo, que parece el amo del templo, se pasea por la nave, maúlla como si estuviera en su casa y nos acompaña a la salida.


El tráfico de barcazas sobre el río aportó riqueza a la población hasta el punto de crear un puerto en el siglo XVII. Actualmente, sus aguas conocen el trasiego de embarcaciones de recreo.


Sus casas medievales, sus tejados en coyaux, (parte inferior con menor pendiente), sus callejuelas plagadas de talleres y tiendas de artesanía justifican la afluencia de visitantes.



Sarlat la Canéda 👇es uno de los pueblos más bonitos de Francia, aseguran sus vecinos y una está por darles la razón. Lo es por la hermosura de sus casonas y palacios y más aún por haber sido capaces de parar el tiempo en el siglo de sus glorias a la vez que se acomodaban a las ventajas del presente.







Los sarladaises alardean de contar con la mayor densidad de monumentos históricos. Es, sin duda, uno de los pueblos más fotogénicos de nuestra ruta. El primero en ser restaurado en aplicación de la ley Malraux de 1964. Un plató de cine. Una cita gourmet para los amantes del foie, la trufa y las nueces en sus mil combinaciones.
Nosotros llegamos buscando todo eso y, además, su Linterna de los muertos o Torre Saint Bernat, una construcción medieval que hemos encontrado en otros pueblos de Francia.

Las que llamamos linterna de los muertos se conocieron como lámpara o farol de cementerio. Se cree que originariamente las luminarias se colocaban sobre las tumbas para iluminar a las almas en su camino a la eternidad. Cuando fueron prohibidas a causa de los incendios que provocaban se construyeron edificios específicos, algunos muy bellos, para orientar también a los peregrinos y a quienes transitaban los caminos.


La Linterna de Sarlat es del siglo XII, se encuentra muy cerca de la iglesia de Saint Sacerdos y del antiguo cementerio benedictino de Saint Benoit.



El casco antiguo es un continuo comercio de productos de la tierra o artesanales. Compramos jabones y surtidos de delicatessen para nosotros y para las herederas y nos despedimos de la ciudad con pesadumbre. Sarlat es uno de esos lugares en que una quisiera quedarse.
Fotos: ©Valvar


