El Santo Cristo de Tomar

El convento del Santo Cristo de Tomar, una demostración del poder de los templarios, que aquí resistieron. Se levanta en el interior del recinto amurallado, sobre un otero desde el que se domina el valle del río Navaro, donde se asienta la ciudad de Tomar. El conjunto es un repaso a la arquitectura portuguesa, pues en él se unen el románico al gótico, el manuelino y el renacentista.

Los Santos Mártires de Garray

Si en algún momento sentís la necesidad de ver románico del bueno acudáis a conocer su ermita de los Santos Mártires, que se levanta en la falda del monte de La Muela. Si, como nosotros, tenéis la fortuna de que os atienda Ana Esmeralda Jiménez, habréis hecho el día.

San Salvador de Cantamuda

San Salvador de Cantamuda -su espadaña, su altar- es uno de los lugares más interesantes y atractivos del muy abundante románico palentino. De esos a los que apetece volver una y otra vez en la seguridad de que siempre vas a descubrir algo nuevo.

San Pere de Rodes

Cuando se atisba la silueta del monasterio de San Pedro/Pere de Roda/Rodes entiendes cabalmente el olfato especial del que dieron prueba los monjes fundadores a la hora de buscar asentamiento. En lo alto de la sierra de Verdera, cerca del golfo de Rosas, del cabo de Creus y con la bahía de Port de la Selva a la vista, el lugar no puede ser más hermoso, pero el monasterio aún añade belleza a un lugar que parece desprendido del edén, un magnífico ejemplar románico que mira de tú a tú al Mediterráneo.

Ezcaray

Cada viaje es una aventura distinta. Partiendo de la elección. ¿Por qué elegimos ir a Ezcaray en abril de 2016? Porque habíamos visto Olmos y Robles, una serie emitida por TVE, rodada en ese pueblo riojano, protagonizada por dos guardias civiles encarnados por Pepe Viyuela y Rubén Cortada, un tipo de una guapura inexpresiva. La …